Se ha viralizado en redes una pregunta hipotética planteada a varias mujeres: ¿Preferirías estar atrapada en un bosque con un hombre o con un oso?
La mayoría de videos muestran a mujeres respondiendo que preferirían estar con un oso, ya que «lo peor que puede hacer un oso es matarte».
Desde las noticias que comentan el video se nos habla de que esta respuesta representa la costumbre a la violencia que las mujeres están habituadas a sufrir por parte de los hombres, sin embargo, me pregunto si no podríamos replantear la pregunta: ¿Podemos cambiar "hombre" por "ser humano"?
Sabemos suficiente sobre la condición humana como para entender que la bondad y la maldad están distribuidas por cada uno de los rincones del mundo, pero la luz no siempre habita en las mujeres y la oscuridad no siempre la alberga el cuerpo del hombre.
Teniendo en cuenta que no se especifica que ese hombre sea un asesino o un psicópata lo alarmante aquí es que no nos percatemos que este tipo de generalizaciones deshumanizan por completo al varón.
Se supone que vivimos en una sociedad que busca erradicar los estereotipos sexistas pero a veces no acaba de perpetuarlos. ¿Nos estamos olvidando de que los hombres son seres humanos?.
Los estereotipos nos atraviesan a todos, y al etiquetar a cualquier hombre desconocido como una posible amenaza estamos simplificando la identidad masculina a la de un potencial agresor y la de la mujer a la de potencial víctima.
Me pregunto si cuando estas chicas que contestan piensan en los hombres no se acuerdan de sus padres, de sus hermanos, de sus parejas o de sus amigos, y si de verdad consideran que ellos son merecedores de semejante etiqueta, de semejante temor. Se nos olvida que estos "hombres desconocidos" a los que se percibe como un concepto subjetivado también tienen nombre, madres, familias, y son capaces de actos buenos. No consideramos que un hombre también podría ofrecer ayuda y compañía. Un hombre también podría traerte comida o flores. Hay muchas cosas buenas y bonitas que un «hombre» podría hacer por ti, muchas más cosas que un oso (me van a perdonar los animalistas).
Si seguimos enraizando todo esto al subsuelo de nuestro imaginario colectivo no habrá margen para ningún cambio a favor.
Después nos sorprendemos con las encuestas. Cualquiera que conviva con adolescentes podrá notar que estamos presenciando entre ellos un aumento del antifeminismo. Cuando se les escucha, afirman que sienten que el feminismo de género que impregna el panorama actual los coloca en una situación de inferioridad y vulnerabilidad respecto a las mujeres, criminalizándolos y silenciando sus opiniones. La situación de la identidad masculina empieza a ser definida como «un espacio resquebrajado y de brújulas rotas»; estos chicos a menudo se sienten desconcertados ante lo que la sociedad espera de ellos.
Y es que desde la culpa y la criminalización primigenia se puede conseguir más bien poco, más bien me atrevería a decir que se propicia el (terrible en este caso) efecto Pigmalión. Y no queremos eso. El mundo que estamos pintando como destino inmutable, esta polarización absoluta, implica rendirse antes de empezar; la masculinidad no se puede simplificar ni patologizar. Y esto no es solo una responsabilidad individual, sino también una responsabilidad colectiva.
La demonización de los varones en los medios, por el mero hecho de serlo, debería ser puesta en tela de juicio más a menudo, cosa que no me parece en absoluto incompatible con el esfuerzo de acabar con la violencia contra las mujeres.
Después de todo, pienso que la única respuesta acorde a una pregunta tan estereotipada (también deberíamos cuestionarnos por qué se nos hacen ciertas preguntas) sería algo así como: «A mí no me preguntes, solo soy una chica». Pero no queremos un mundo atravesado por prejuicios en el que se nos niegue nuestra individualidad, nunca lo quisimos. No engordemos a ese monstruo.
Iba a comentar algo, pero es que ya lo has dicho tú todo.
Yo también tengo mis días de misándrica y de decir "putos hombres", pero es que ya llevo mucho tiempo dándome cuenta de que en esta sociedad cada vez hay menos espacio para el "beneficio de la duda" y para el "vamos a sentarnos y a intentar ser objetivos". Ya no hay espacio para observar las cosas desde una perspectiva global. Y como mencionas, "[...] no me parece en absoluto incompatible con el esfuerzo de acabar con la violencia contra las mujeres.".
Sé también que esto nació como un meme, y eso todos lo entendemos, no se me venga alguien ahora a rebotar. Pero todos estos absurdos acaban por enfrentar aún más los bandos en lugar de unificarlos y generar una causa común por la que luchar, avanzar y trabajar, que es la IGUALDAD.
Si es que suscribo todas y cada una de las palabras que has escrito...
¡Brillante!